El Dr. Ángel Alonso Chico destaca el trabajo que se lleva a cabo en la Unidad del Dolor del Hospital Nuestra Señora del Rosario

Se estima que el porcentaje de pacientes con dolor crónico puede alcanzar el 20% de la población en general, cifra que aumenta notablemente en pacientes de edad avanzada o en aquellos individuos que han sido intervenidos por cualquier motivo y que no han encontrado el resultado esperado tras la operación.

El estudio y el tratamiento del dolor son abordados en ocasiones por el médico de familia o por otros especialistas (traumatólogo, reumatólogo, neurólogo, oncólogo), aunque es desde la Unidad del Dolor desde donde se lleva a cabo un abordaje más integral de las necesidades terapéuticas de los pacientes, como pone de manifiesto el Dr. Ángel Alonso Chico, de la Unidad del Dolor del Hospital Nuestra Señora del Rosario. Según este facultativo, “los casos más complejos podrían beneficiarse de técnicas regionales y de la implantación de dispositivos para el tratamiento del dolor, que forman parte de la cartera de servicios de esta unidad especializada”.

En la Unidad del Dolor del centro se efectúa un estudio y un diagnóstico de los procesos de dolor crónico para entender mejor los mecanismos implicados y, de este modo, aplicar el tratamiento más específico. Ello implica habitualmente valorar al paciente y solicitar pruebas complementarias: analíticas, de imagen (resonancia magnética, TAC, gammagrafía, ecografía, etc.) y neurofisiológicas, fundamentalmente. También es habitual establecer consultas con otros especialistas para tratar mejor el problema. En ocasiones, incluso, resulta necesario el ingreso hospitalario para agilizar este abordaje multidisciplinar.

“Una vez estudiado cada caso, se programan tratamientos dirigidos a resolver la causa del dolor siempre que sea posible. En caso contrario, se puede optar por terapias que palíen la intensidad del dolor”, aclara el doctor Alonso Chico, que interviene en el próximo Martes de Salud, programado para el 28 de mayo, a las 18 horas, en la sala de conferencias del Hospital Nuestra Señora del Rosario, que versará sobre “El dolor” desde diferentes perspectivas.

Patologías de columna, en primer lugar

El mayor número de pacientes susceptibles de recibir tratamientos en la Unidad del Dolor corresponde a personas con patologías de columna, la mayoría de ellos ya operados. Le siguen en frecuencia los procesos articulares degenerativos y reumáticos graves, el dolor oncológico, las neuralgias (posherpética, del trigémino, etc.), la fibromialgia, las cefaleas, las algias faciales, el dolor de ATM, el dolor regional complejo (distrofia simpática), la isquemia de miembros inferiores, el dolor perineal y derivado de la patología de suelo pélvico y el dolor central, entre otros.

Procedimientos

Todos los procedimientos invasivos se practican en quirófano, en sala de bloqueos o en sala de radiología en un hospital, casi siempre en régimen ambulatorio o de hospital de día. Los tratamientos que se realizan pueden ser:

    • Diagnósticos: epiduroscopia (introducir una cámara menor de 1 mm de diámetro para visualizar las raíces nerviosas), epidurografía, bloqueos diagnósticos…
    • Terapéuticos: epidurolisis, bloqueos epidurales, facetarios, articulares, nerviosos, radiofrecuencia, bloqueos neurolíticos.
    • Paliativos: estimulación medular mediante electrodos epidurales, estimulación periférica, catéteres, reservorios epidurales, bombas implantables para analgesia, etc.

“El trabajo diario en la Unidad del Dolor Crónico se basa en nuestro profundo convencimiento de que los pacientes que se beneficien de la asistencia y los tratamientos de la misma obtendrán una mayor calidad de vida”, concluye el Dr. Alonso Chico.