Como explica el Dr. Philip J. Brabyn, esta técnica permite eliminar las acumulaciones de grasa de la mejilla

Las bolas de Bichat, también llamadas almohadillas de grasa bucal o masticatoria, son acumulaciones de tejido graso de la mejilla. Son un tejido vascularizado y sirven para el desplazamiento de los músculos temporal y masetero durante la masticación. “Se encuentran superficial a los músculos masetero y temporal, y profundo al músculo buccinador. Estas bolas de grasa facial tienen un cuerpo central y dos extensiones, una superior o temporal y otra inferior o pterigoidea”, explica el Dr. Philip J. Brabyn, del Servicio de Cirugía Maxilofacial y Odontología del Hospital Nuestra Señora del Rosario, quien añade que “cuando son de gran tamaño, dan un aspecto facial de cara redondeada o querubín”.

Para quienes desean estilizar o definir el rostro, esto es, conseguir una cara más afilada y una forma oval facial más estética, este especialista recomienda la bichectomía, procedimiento quirúrgico consistente en la retirada de dichas bolas de grasa: “El objetivo principal de este procedimiento es mejorar el contorno de las mejillas. Al disminuir el volumen, se reduce esa apariencia de ‘cara de luna llena’ y se acentúan las prominencias óseas de las mejillas.

Esta técnica está indicada para la persona con aspecto de cara redondeada, sobre todo para quien tiene una adecuada proyección del hueso malar y una buena elasticidad cutánea, pero con poca definición de la curva sigmoidea facial de Ogee. “Esta curva es la llamada línea de la belleza y se caracteriza por tener una forma de S, por un mayor volumen a nivel de superolateral del tercio medio facial y un menor volumen a nivel perioral (donde están las bolas de Bichat)”, detalla el Dr. Brabyn, quien recuerda que “es necesario descartar que no es debido a una hipertrofia de los músculos maseteros, lo que se corrige fácilmente con toxina botulínica”.

Definición de contornos y ángulos faciales

Esta técnica, con la que se consigue una mayor definición de los contornos y ángulos faciales, se lleva a cabo bajo anestesia local, a través de una incisión mínima por dentro de boca. Se suele resecar un exceso de grasa de entre 3-5cc. La herida se cierra con unas suturas reabsorbibles. Es sencilla y corta y la recuperación es rápida. Rara vez aparece inflamación o dolor. Se puede volver a la vida diaria al día siguiente del procedimiento, aunque se recomienda evitar esfuerzos y actividad física durante las dos primeras semanas.

A pesar de su sencillez, comenta el Dr. Brabyn, existen posibles complicaciones, como, por ejemplo, trismus, hemorragia, infecciones, daño del conducto de la glándula salival o paresia facial. “Por ello es necesario que se efectúe por un cirujano experimentado en dicho procedimiento”, concluye.