La diástasis abdominal, o de los rectos del abdomen, es una alteración funcional y estética de la pared abdominal que afecta a hombres y mujeres, cuyo desarrollo se produce, frecuentemente, durante el embarazo y con la obesidad. “No es una verdadera hernia, sino una separación de los músculos, sin rotura de la aponeurosis que los une”, asegura el Dr. Jesús Vara Paniagua, responsable de la Unidad de Rehabilitación de Suelo Pélvico del equipo Urología Integral NSR.

Según este especialista, el diagnóstico es relativamente sencillo por la exploración física, manifestándose como un bulto en la línea media del abdomen con una anchura superior a los tres centímetros (dos o más dedos), al realizar una flexión del tronco desde la posición tumbada.

¿Qué síntomas presenta?

Aunque no suele ser dolorosa, más allá de la alteración estética, en algunas personas se manifiesta con molestias abdominales o lumbares, con las relaciones sexuales, con alteraciones digestivas (aumento de la sensación de hinchazón después de la comidas) e incontinencia urinaria o alteración del vaciado de la vejiga. Esto último se debe a la relación de los rectos del abdomen con la pelvis, y se puede acompañar de debilidad de la musculatura del suelo pélvico.

Ejercicios supervisados

No se recomienda la actividad física sin control. Ha de ser supervisada por un especialista, pues no se deben realizar deportes de alto impacto, como carrera, aerobic, step, etc., pues aumentan la presión abdominal y a nivel del suelo pélvico, al igual que tampoco los ejercicios abdominales clásicos, pues se podría agravar la diástasis y la debilidad de la musculatura del suelo pélvico.

Desde una Unidad de Rehabilitación de Suelo Pélvico, como la que actualmente existe en el Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, se puede acometer un abordaje global de este trastorno.

El objetivo del ejercicio es trabajar la musculatura profunda de la pared abdominal, principalmente el transverso del abdomen. Para ello el Dr. Vara Paniagua detalla tres tipos:

  • Gimnasia abdominal hipopresiva. Al controlar la respiración, permite reducir la presión en las cavidades torácica, abdominal y pélvica.
  • Ejercicios del core. Se ejecutan con el tronco en extensión, lo que permite activar la musculatura estabilizadora de este, como el transverso abdominal, los extensores de la columna y la musculatura del suelo pélvico.
  • Ejercicios en cuadripedia. Fortalecen la musculatura profunda de la pared abdominal y los extensores de la columna.

En algunos pacientes, con síntomas clínicos más acusados, los ejercicios se podrían complementar con una faja específica para diástasis abdominal. En los casos más severos, concluye el experto, “se podría recurrir a cirugía personalizada para corregir la separación y la debilidad de la pared abdominal”.