¿Podemos hacer más por nuestro corazón, por nuestra salud cardiovascular? La respuesta es, de un modo tajante, afirmativa. La solución pasa por ser fieles a los hábitos que nos aseguran una mejor calidad de vida y, consiguientemente, una salud más fuerte. Se trata de revertir unas cifras que señalan, según la Fundación Española del Corazón, que cada año mueren casi 18 millones de personas en el mundo a causa de una enfermedad cardiovascular y se estima que esa cantidad ascenderá a 23 millones en 2030.

Como insiste el Dr. Antonio Álvarez-Viéitez, jefe de la Unidad de Cardiología Clínica del Hospital Nuestra Señora del Rosario, “sé que los cardiólogos insistimos mucho en la necesidad de comer al menos cinco raciones de vegetales cada día y en descartar los alimentos procesados, pero está demostrado que es uno de los mejores pasos para cuidar nuestro corazón. Sobre todo, porque de esta manera podemos limitar el azúcar y la sal que consumimos, dos de los ingredientes más perjudiciales para la salud cardiovascular junto con las grasas, el tabaco y el alcohol”.

Cuidado con la tensión arterial 

Es preciso vigilar la tensión arterial cada seis meses a partir de los 40 años y en el caso de tener tendencia a la hipertensión, hacerlo con más frecuencia. “Debemos saber que la presión arterial elevada afecta al corazón al provocar un aumento del espesor de sus paredes, lo que origina una disminución del riego al miocardio, insuficiencia cardiaca y arritmias”, advierte el especialista, quien va más allá al alertar de que esta hipertensión puede llegar a afectar a las arterias, incluidas las cerebrales, lo que derivaría en ictus.

Los riesgos del estrés

Existe una evidente relación entre estrés e infarto. El motivo no es otro que el hecho de que la liberación de hormonas de estrés en el torrente sanguíneo aumenta la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco y muerte súbita. “Hay estudios científicos que apuntan que entre un 15 y un 30% de los pacientes ingresados por parada cardiaca habría sido víctima de estrés severo previamente”, comenta el Dr. Álvarez-Vieitez, quien apunta algunos remedios para prevenir el estrés. “Pasar tiempo libre en la naturaleza, disfrutar de los amigos, sentarse en silencio y meditar o concentrarse en la respiración, o leer un buen libro”, recomienda.

No hay que olvidar que las emociones también pueden causar efectos graves en el corazón. Así, la enfermedad de Takotsubo, conocida por producirse por un disgusto, pertenece a lo que se denominan miocardiopatías de estrés. “Ese dicho de ‘me has roto el corazón’ a veces pasa realmente y se origina un infarto sin tener las arterias coronarias obstruidas”, señala el cardiólogo.

Reconocer los síntomas y prevenir las patologías

En el caso de sufrir un infarto, es muy importante saber reconocer los síntomas y, así, llegar a tiempo al hospital. Las fases son dolor torácico, falta de aire, pérdida del conocimiento y parada cardíaca.

El Dr. Álvarez-Vieitez subraya igualmente que no hay que perder de vista el infarto femenino, que cada año se cobra en nuestro país la vida de más de 64.000 mujeres. “Se piensa que el infarto es masculino y se ignora la sintomatología que cursa con fatiga inusual, dolor en el epigastrio, sudor frío, ansiedad, debilidad y, en los días previos, insomnio”, recalca.

Para prevenir las patologías cardiovasculares, tanto los hombres como las mujeres han de adoptar las medidas anteriormente apuntadas, así como mantener el colesterol y los triglicéridos a raya, abandonar los hábitos sedentarios, practicar ejercicio moderado a diario y, obviamente, dejar el tabaco y no abusar del alcohol. En el caso de los pacientes con diabetes resulta fundamental controlar la dieta y combatir el sobrepeso, practicar ejercicio y seguir el tratamiento farmacológico pautado por el especialista.

“Podríamos evitar hasta un 50% de las muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares si se observaran estas medidas preventivas”, concluye el Dr. Álvarez-Vieitez.