¿Cómo debe ser el flujo vaginal durante el embarazo? ¿Qué cambios deben preocupar a una embarazada? ¿Cómo diferenciarlo del tapón mucoso? ¿Es normal el aumento del flujo vaginal cuando se espera un bebé? Preguntas a las que da respuesta el Dr. José Luis Prieto, ginecólogo y obstetra del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, en un amplio reportaje publicado en la web Embarazo y Lactancia.

El flujo vaginal es una secreción que procede de la vagina y del cuello uterino o cérvix. Su olor, aspecto y cantidad varían por muy diversos motivos: por infecciones bacterianas o por hongos, según el momento del ciclo menstrual, la gestación, el posparto, la menopausia, etc. En una mujer sana, como recuerda la publicación, “tiene que ser de un aspecto muy similar al de la clara de huevo: un poco pegajoso y de color claro, casi transparente”.

No hay que olvidar, asimismo, que el flujo vaginal tiene una función fundamental, pues actúa como un gran antibiótico que ayuda a mantener la zona limpia y sana, además de húmeda, esto es, impide que bacterias, hongos, virus y otros gérmenes crezcan, lo que ayuda a mantener el pH natural de la vagina y el equilibrio necesario. Además, con su secreción se expulsan células muertas y otros productos de deshecho que podrían poner en riesgo la salud íntima de la mujer.

Según el Dr. Prieto, “el flujo de la embarazada debe ser trasparente o blanquecino y sin olor. En el embarazo, más que el aspecto, lo que varía es la cantidad, que en general aumenta en la segunda mitad de la gestación”. Y añade el especialista: “Es normal el aumento de flujo a medida que avanza la gestación”. Esto puede ocasionar que la intensidad del olor se incremente, cambio que no debe alarmar en absoluto. Sí se debe consultar “si hay cambios de color, se nota un mal olor en el flujo o produce molestias, como picores o escozor”, abunda el ginecólogo.

¿Flujo abundante o tapón mucoso?
Al final de la gestación, cuando restan unos días para dar a luz, algunas mujeres (no todas) expulsan lo que se llama tapón mucoso, una sustancia que sella el cuello uterino para proteger a la bolsa del líquido amniótico y al bebé de bacterias y otros gérmenes. «Hay ocasiones en que el aumento de flujo al final del embarazo se puede confundir con la expulsión del tapón mucoso«, continúa el Dr. José Luis Prieto, quien apunta que «la expulsión del tapón mucoso no significa un parto inminente. Pueden pasar varios días antes de que se inicie el parto«.

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