El 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus

La infección grave por Covid-19 se asocia a un daño inflamatorio de la pared de los vasos sanguíneos que promueve la coagulación de la sangre y, secundariamente, a infartos en los diferentes tejidos del organismo (infartos cardiacos, cerebrales, pulmonares, etc.). El mecanismo principal por el que estos coágulos interrumpen la circulación cerebral es de tipo embólico, de tal manera que viajan de una parte a otra del torrente sanguíneo para acabar finalmente ocluyendo una arteria cerebral. Debido a este estado de consumo masivo de factores de coagulación, se pueden observar complicaciones también de tipo hemorrágico.

Sin embargo, se constata que “el porcentaje de ictus provocados por Covid-19 es muy bajo”, asegura el Dr. Francisco Gilo, del Servicio de Neurología del Instituto de Neurociencias Avanzadas de Madrid (INEAMAD), del Hospital Nuestra Señora del Rosario, centro que cuenta con Código Ictus desde 2008. Sí subraya el especialista que “el ictus se observa generalmente en las formas graves, pudiendo también afectar a pacientes jóvenes sin factores de riesgo vascular previos”.

El Dr. Gilo llama la atención sobre el hecho de que la alta demanda asistencial que genera la pandemia está comprometiendo la respuesta de actuación del resto de emergencias sanitarias. “En el caso del ictus, una patología cuyo mayor beneficio terapéutico se obtiene en el contexto de una atención precoz, se debe insistir en que debe seguir primando su carácter asistencial prioritario”, alerta.

Día Mundial del Ictus

Este jueves, 29 de octubre, se celebra el Día Mundial del Ictus, con el objetivo de concienciar sobre la necesidad de actuar con rapidez  y recibir atención en el menor tiempo posible ante una enfermedad con más de 125.000 casos anuales en España, donde es la segunda causa de muerte, la primera en mujeres, además de la principal de discapacidad.

El ictus es un accidente cerebrovascular consistente en la interrupción súbita del aporte de sangre a una parte del cerebro, lo que provoca la muerte de las neuronas afectadas. La afectación es mayor cuanto mayor es el tiempo que transcurre hasta recibir una atención conveniente.

234 casos atendidos en 2019

Durante 2019 fueron atendidos en el Hospital Nuestra Señora del Rosario 234 pacientes con ictus, una cifra similar a la de 2018. El 82% (193 pacientes) presentaron ictus isquémicos y el 18% (41 pacientes), hemorrágicos. Dentro de la variedad de ictus hemorrágicos, el 80% correspondieron a hemorragias intracerebrales (33 pacientes) y el 20% (8 pacientes), a hemorragias subaracnoideas.

El centro cuenta desde 2008 con Código Ictus, es decir, pertenece a la red de centros que dispone de una Unidad de Ictus, en la que el paciente es atendido por un equipo altamente cualificado y multidisciplinar y, de esta forma, recibe las mejores terapias y cuidados especiales. De hecho, fue el primer hospital de la sanidad privada madrileña en contar con este protocolo de actuación, además de contar con una Unidad de Ictus y un Servicio de Urgencias Neurológicas, Neuroquirúrgicas y de Neurodiagnóstico 24 horas, por el que entra al centro la mayoría de pacientes neurológicos.

La identificación de los síntomas y la reacción adecuada son claves ante un ictus. Cada minuto que pasa hasta su tratamiento se pierden 1,9 millones de neuronas y 14.000 millones de sinapsis; por cada 15 minutos hasta recibir la atención adecuada, se resta un mes de vida libre de discapacidad; por cada minuto ganado, se añaden 1,8 días de vida saludable.