El Dr. Philip J. Brabyn, del Servicio de Cirugía Maxilofacial y Odontología, aconseja el Botox como tratamiento más efectivo
La disfunción temporomandibular resulta tan frecuente e incapacitante que está considerada como la tercera causa de dolor crónico, después de la cefalea y la lumbalgia, además de un problema de salud social cada día más referido por la población. Es uno de los casos de síndrome de dolor miofascial, que ha experimentado un importante incremento desde el inicio de la pandemia de Covid-19. Así lo señala el Dr. Philip J. Brabyn, del Servicio de Cirugía Maxilofacial y Odontología del Hospital Nuestra Señora del Rosario: “Tiene un gran componente psicosocial, y las situaciones de estrés y/o ansiedad, como la que estamos viviendo actualmente por el coronavirus, pueden aumentar la contracción de la musculatura, acrecentando los síntomas de dolor. Esta es la razón por la que en nuestra consulta estamos notando una presencia creciente de casos desde el inicio de la pandemia”.
Esta situación también se detecta en el aumento de los casos de bruxismo, la actividad “parafuncional” que más comúnmente se asocia con la disfunción temporomandibular. “La causa de este acto involuntario de apretar los dientes de modo exagerado, rechinarlos o protruir la mandíbula de forma repetitiva es multifactorial y afecta a más del 20% de la población, pero, sin duda, es el estrés social, familiar o laboral el desencadenante de esta patología”, continúa el cirujano oral y maxilofacial.
Si la contracción repetitiva de la musculatura de la masticación es crónica, no solo produce dolor mandibular, daño y fractura de los dientes, otalgia, cefalea o un desgaste de la articulación de la mandíbula (ATM), sino que también puede hacer que el músculo se desarrolle de más y aumente su volumen, produciendo una hipertrofia comparable con lo que se produce con los músculos al ejercitarlos en el gimnasio. “Esta hipertrofia muscular a nivel de los músculos maseteros puede darle a la cara un aspecto más cuadrado, y puede ser bilateral o unilateral (el 80% de las personas tienen un lado dominante para masticar). Al existir un sobredesarrollo muscular, puede incluso empeorar los episodios del bruxismo y los síntomas de dolor”, explica el Dr. Brabyn.
Abordaje multidisciplinar y Botox
La clave del tratamiento de esta patología es el abordaje multidisciplinar dentro de unidades de cirugía maxilofacial y odontología avanzadas, con el apoyo de fisioterapeutas y psicólogos para manejar el estrés y la ansiedad. La utilización de tratamientos que incluyan la fisioterapia y el uso de férula de descarga se han visto complementados con el uso de toxina botulínica (conocida como Botox), un relajante muscular aplicado mediante inyecciones directas en la musculatura de la masticación.
El Botox aporta tres resultados beneficiosos al ser aplicado en la musculatura de la masticación:
- Relajación muscular de los músculos masetero y temporal.
- Reducción de la masa muscular, produciendo una leve atrofia muscular y reduciendo el aspecto de “cara cuadrada”.
- Disminución del dolor al bloquear sustancias que inducen dolor como la sustancia P.
En estudios a pacientes tratados con toxina botulínica, se ha visto una reducción de volumen muscular entre un 20-30% durante los primeros 3 meses, mantenida hasta los 6 meses; y también una reducción de la fuerza masticatoria de aproximadamente el 20% en los primeros 6 meses de forma mantenida.
El efecto es duradero, ya que, aparte de reducir el dolor, relajar la musculatura y disminuir el volumen muscular, se rompe el ciclo de rechinar y apretar los dientes. “En general, más de un 80% de los pacientes que reciben tratamiento con TxB refieren que dicho tratamiento ha sido beneficioso”, destaca el cirujano oral y maxilofacial del Hospital Nuestra Señora del Rosario.
Y concluye el Dr. Brabyn: “El uso de Botox es un tratamiento seguro y eficaz, y su inyección en los músculos de la masticación (masetero y temporal) reduce las contracciones involuntarias, relaja la musculatura, disminuye el dolor, y previene y reduce el sobredesarrollo muscular y el aspecto de cara cuadrada, dando como resultado una apariencia facial triangular más estética”.