Los especialistas coinciden en que dormir bien, por su indudable efecto reparador sobre nuestro organismo, es una de las mejores medicinas preventivas. Es decir, sueño de calidad y buena salud van de la mano.

Pero no todo el mundo puede presumir de descansar de un modo satisfactorio. En España hay más de cuatro millones de personas que sufren algún trastorno crónico del sueño. Del mismo modo, se sabe que solo un 33% de los españoles duerme las horas necesarias en días laborables o que más del 30% se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador. Un problema que afecta también a los más pequeños.

Según el Dr. Francisco Valenzuela, neurólogo y responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Nuestra Señora del Rosario, los trastornos del sueño más comunes son:

  • Insomnio
  • Síndrome de las piernas inquietas
  • Apnea del sueño
  • Narcolepsia

Estos problemas, que pueden manifestarse por cuestiones de estrés, se complican cuando intervienen malos hábitos, como el consumo de sustancias, o por razones de jet lag, trabajo a turnos o enfermedades psiquiátricas. Sus consecuencias para la salud son evidentes, según el especialista: alteraciones en el sistema inmune, daños en las estructuras del cerebro, déficits cognitivos, riesgo vascular e incremento de obesidad o hipertensión.

Apnea del sueño

El Dr. Valenzuela, que ha tomado parte en el programa televisivo “¿Qué me pasa, doctor?”, que dirige el Dr. Bartolomé Beltrán, detalla las circunstancias que rodean al síndrome de apnea del sueño, una enfermedad crónica caracterizada por la obstrucción repetida de la vía aérea superior donde se produce el cese completo o parcial del flujo aéreo por el aumento del colapso de la vía respiratoria. “Este colapso provoca hipoxia intermitente con microdespertares que inducen a su vez a la fragmentación de sueño», apunta el Dr. Valenzuela, quien abunda en los síntomas de este trastorno: episodios de asfixia, movimientos anormales, nicturia, reflujo gastroesofágico, polidipsia durante la noche, diaforesis, congestión nasal, hipersalivación y pesadillas.

Por si fuera poco, las personas que padecen apnea del sueño pueden padecer durante el día fatiga, cefalea matutina, irritabilidad, apatía, depresión, dificultad para concentrarse, alteración de la libido e impotencia sexual, sequedad faríngea y bucal matutina.

No contribuye a resolver los problemas del sueño el consumo de alcohol antes de meternos en la cama, pues disminuye la latencia de sueño fragmentando la segunda mitad. Como asegura el Dr. Beltrán a partir de los comentarios del Dr. Valenzuela, “con el consumo continuado se va desarrollando tolerancia al efecto hipnótico, pero se mantiene el efecto trastornador del sueño. En quienes padecen alcoholismo, el porcentaje de insomnio es mayor, tardan más en conciliar el sueño, con menor eficiencia y un patrón más desorganizado con múltiples despertares”.