Entre el 16 y el 25% de los mayores de 50 años lo padece en algún momento de su vida

El dolor de hombro es más habitual de lo que parece. De hecho, se calcula que entre el 6 y 11% de los menores de 50 años y entre el 16 y el 25% de los mayores de esta edad lo padecen en algún momento de sus vidas. Este dolor puede deberse a múltiples causas con origen en el hombro, pero también, como apunta el Dr. Fernando Marco, jefe de equipo de EQAL Traumatología en el Hospital Nuestra Señora del Rosario, a muchas otras alejadas de esta articulación (lesiones de la columna cervical como la artrosis, hernias de disco o patologías más complejas como un infarto agudo o, incluso, un tumor en el tórax).

¿Por qué se produce este molesto dolor? Son los tendones del manguito rotador los que provocan la mayoría de los cuadros dolorosos propios de esta articulación. Las características de estos tendones los hacen susceptibles de irritación, dolor y, finalmente, rotura. “El hombro es una articulación extremadamente móvil para permitir colocar la mano en cualquier posición del espacio. Precisamente, para que el hombro pueda ser tan móvil sin dislocarse, estos tendones rodean la cabeza del húmero, estabilizándola. De entre los cuatro tendones del manguito rotador, el más implicado en los procesos de tendinitis aguda y crónica es el que recorre la parte superior de la cabeza del húmero y con más frecuencia se atrapa”, explica el traumatólogo.

Tendinitis del hombro

Las tendinitis del manguito rotador provocan dolor, debilidad o ambos síntomas. De hecho, muchas personas que las sufren no pueden identificar ningún traumatismo como origen y, en algunos casos, es fruto de un sobreuso repetido. “El dolor se describe típicamente como extendiéndose hasta la parte superior del brazo, lo que a veces confunde a los pacientes”, comenta el Dr. Marco, quien aclara que “si el dolor se sitúa en la región posterior del hombro o hay irradiación más allá del codo, habrá que sospechar un origen en la columna cervical. También es característico que aumente con el uso del brazo, mayormente por encima del hombro, y que sea más agudo de noche, interrumpiendo el sueño”.

Diagnóstico

El primer paso es solicitar una radiografía para descartar alteraciones óseas y una ecografía para valorar el estado de los tendones. En ocasiones, cuando se intenta valorar con más precisión el tamaño y extensión de la rotura, se solicita una resonancia magnética.

Tratamiento

El tratamiento inicial incluye el reposo y, en caso de tendinitis agudas, el uso de  antiinflamatorios. Cuando el dolor se prolonga en el tiempo, se hará precisa la colaboración de la fisioterapia.

¿Es precisa la cirugía? ¿Cuándo? Según el Dr. Fernando Marco, cuando existen cuadros de atrapamiento crónico de los tendones, con o sin rotura, que no responden a las medidas anteriores, entra en juego la cirugía. “Hoy en día, estas patologías se abordan mediante la artroscopia. Por pequeñas incisiones se introducen cámaras de video e instrumentos que limpian el tendón y amplían el espacio de deslizamiento, además de permitir coserlos o reanclarlos al hueso cuando están rotos”, abunda. Es importante señalar, por último, que la cirugía es mínimamente invasiva, “aunque es inevitable un período de inmovilización tras la operación, que el especialista pautará en cada caso concreto”.