La Dra. Laura Ferrando subraya que la duración de sus síntomas es de una o dos semanas

Reincorporarse a la actividad laboral tras el periodo vacacional no es siempre tarea sencilla. En ocasiones, al volver a enfrentarse a las tareas de la vida cotidiana, es posible experimentar fatiga psíquica, falta de motivación, cansancio, irritabilidad, sentimientos de tristeza, ansiedad o alteraciones del sueño. Estos síntomas emocionales se enmarcan, como apunta la Dra. Laura Ferrando, psiquiatra del Hospital Nuestra Señora del Rosario, dentro de lo que se califica como síndrome posvacacional.

“Retornar a la vida laboral, tras haber disfrutado de vacaciones, no resulta en todos los casos fácil, sobre todo para aquellos profesionales con baja resiliencia (capacidad del individuo para superar situaciones adversas) o con condiciones laborales poco favorables, como puedan ser las de soportar una carga laboral excesiva, tener conflictos interpersonales, desarrollar trabajos muy rutinarios, carecer de objetivos laborales, etc.”, subraya esta especialista, quien señala igualmente que esta situación también la padecen las personas que no han conseguido superar su estado de agotamiento en el periodo vacacional, “por lo que el esfuerzo de adaptación al reincorporarse al medio laboral puede favorecer la aparición de  síntomas relacionados con este síndrome”.

Lo cierto es que cualquier cambio medioambiental en las personas exige un esfuerzo de adaptación, que induce un estado de tensión emocional que se denomina estrés. Pero este, como insiste la Dra. Ferrando, no es un estado patológico, sino la expresión de las funciones de adaptación del individuo ante la aparición de estímulos o ante la disminución o la ausencia de los mismos;  supone, pues, un mecanismo de supervivencia.

“Los síndromes patológicos relacionados con el estrés aparecen cuando se producen  fallos en los mecanismos de implementación de sus procesos, bien sea por deterioro físico, por agotamiento del individuo o por una excesiva intensidad del estímulo (catástrofes, adversidades, etc.)”, manifiesta la psiquiatra.  

Duración del síndrome

Se considera que la duración del síndrome posvacacional es de una a dos semanas. “Cuando los síntomas relacionados con este síndrome se prolongan durante más tiempo, hay que contemplar la posibilidad de que el individuo padezca otros trastornos emocionales, en este caso relacionados con procesos depresivos o por ansiedad”, asegura la Dra. Ferrando.

El síndrome posvacacional no requiere un tratamiento específico, si bien es un signo de alerta, por lo que resulta aconsejable, en las personas que lo padecen, detectar los motivos que pueden provocarlo y afrontarlo en la medida de lo posible para minimizar sus riesgos.