A partir de los 45/50 años los hombres pueden experimentar un aumento de tamaño de la glándula prostática, que se conoce como hiperplasia benigna de próstata (HBP) o también obstrucción prostática benigna. Este agrandamiento comprime la uretra, conducto por el que se expulsa la orina, lo que dificulta notablemente la evacuación de la vejiga.
La HBP es la patología prostática más frecuente en varones mayores de 50 años, no es un proceso maligno y su prevalencia aumenta con el paso de los años, de tal modo que a los 60 años más de la mitad de los hombres la padece, mientras que a los 85 años es el 90% el porcentaje de afectados. Así lo señala el Servicio de Urología y Andrología del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario.
Síntomas de alerta
La HPB se manifiesta con alteraciones en la micción. Estas se clasificarían de menor a mayor gravedad:
- Dificultad para comenzar a orinar.
- Sensación de no haber vaciado la vejiga por completo.
- Necesidad de vaciar la vejiga constantemente.
- Micción dolorosa.
- Nicturia (necesidad frecuente de orinar por la noche).
- Sensación de urgencia.
- Pérdidas ocasionales de orina.
- Imposibilidad total de orinar.
- Incontinencia urinaria (pérdida total del control de la vejiga).
Aunque los síntomas urinarios no sean muy molestos, siempre es importante descartar causas de fondo y evitar la obstrucción de las vías urinarias. En los pacientes con HBP son comunes las infecciones urinarias y, a veces, la aparición de sangre en la orina. Con el tiempo aparecen cálculos en la vejiga e, incluso, daño renal provocado por la retención urinaria.
Tratamiento
La HBP no precisa tratamiento salvo que sus síntomas resulten molestos o dé pie a complicaciones. En este caso se abordaría con tratamiento farmacológico acompañado de cambios en el estilo de vida. Si los fármacos no son eficaces, o en casos más graves, podría intervenirse quirúrgicamente, ya que en la actualidad hay diversas técnicas cada vez menos invasivas y con menor riesgo de impotencia e incontinencia para los pacientes.
