La Coloproctología es la rama de la Cirugía del Aparato Digestivo especializada en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de colon, recto y ano.
El coloproctólogo es el especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo con especial formación y dedicación en el tratamiento de las enfermedades de colon, recto y ano.
Entre las enfermedades más comúnmente tratadas en la Unidad de Coloproctología encontramos:
El cáncer de colon y recto es el más frecuente si sumamos la incidencia en ambos sexos. Aunque puede afectar a pacientes a cualquier edad, es más frecuente por encima de los 50 años.
La mayoría de los cánceres de colon y recto se desarrollan sobre un pólipo benigno que crece y degenera. Por esta razón son de vital importancia los programas de cribado (detección precoz) que permiten el diagnóstico y la resección endoscópica (colonoscopia) de los pólipos antes de su degeneración.
Tras el diagnóstico de un cáncer de colon o recto, el especialista realizará una serie de pruebas para establecer la extensión de la enfermedad y diseñar la mejor estrategia para su tratamiento. El tratamiento quirúrgico se realiza, en la gran mayoría de los casos, mediante un abordaje mínimamente invasivo (laparoscopia), lo que permite una mejor y más rápida recuperación.
El Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario cuenta con un equipo de cirugía robótica Da Vinci. La cirugía laparoscópica asistida por robot permite una visualización tridimensional de las estructuras anatómicas y mejora el rango de movimiento de los instrumentos laparoscópicos, facilitando la preservación de estructuras nerviosas, la realización de linfadenectomías (resección de los ganglios potencialmente afectados por la enfermedad maligna) en el caso de cáncer y suturas dentro de la cavidad abdominal.
El cáncer de ano es una enfermedad maligna de la piel perianal. Más frecuentemente se produce sobre las células escamosas (cáncer epidermoide) y tiene en la mayoría de los casos un buen pronóstico, con una alta tasa de curación.
Existen otras formas de cáncer de ano menos frecuentes, como el adenocarcinoma y el melanoma.
La enfermedad diverticular consiste en la herniación de la capa mucosa a través de la capa muscular del colon. Generalmente afecta a la parte final del colon (colon izquierdo y sigma), aunque puede aquejar a toda su extensión.
Su aparición aumenta con la edad, llegando a estar presentes en más del 50% de las personas mayores de 60 años. Su incidencia está creciendo de manera importante en las últimas décadas. Entre los factores de riesgo para su aparición encontramos la obesidad, la dieta baja en grasa y el sedentarismo.
El abanico de síntomas producido por la enfermedad diverticular es amplio. Desde molestias abdominales inespecíficas (alteración del tránsito intestinal, distensión) hasta infecciones de diversa gravedad que pueden requerir de un tratamiento quirúrgico urgente.
La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son dos enfermedades de origen desconocido que producen la afectación inflamatoria en brotes del tubo digestivo.
La colitis ulcerosa afecta a la mucosa del colon y/o el recto, produciendo brotes de gravedad variable que cursan con hemorragia, diarrea y dolor abdominal. En la mayoría de los casos el tratamiento es médico, reservando la cirugía para aquellos casos que no responden de manera adecuada al tratamiento farmacológico.
La enfermedad de Crohn es otra enfermedad inflamatoria que, en este caso, puede afectar a cualquier parte del tubo digestivo (desde la boca al ano), aunque lo más frecuente es la afectación de la parte final del intestino delgado (ileon terminal) y el ano en forma de fístulas y fisuraciones. Es una enfermedad crónica que cursa en brotes y el tratamiento suele ser médico, reservando la cirugía para las complicaciones y los casos refractarios al tratamiento farmacológico.
Las hemorroides son unas formaciones vasculares en el ano, como almohadillas, presentes de forma natural en todas las personas. Existen hemorroides internas y externas y producen diferente clínica si “crecen más de lo habitual”.
Cuando son externas, si dan algún problema, suele ser por trombosis, lo que produce dolor/escozor. El episodio suele durar un máximo de dos semanas. Solo se recomienda operar si se producen episodios de trombosis con frecuencia o por las molestias (o estética) que dejan “los pellejos cutáneos” que pueden redundar en el ano después de un episodio agudo.
También las hemorroides internas pueden dar problemas. Por determinadas causas, pueden descolgarse y producir síntomas como sangrado, sensación de pesadez, picor y, de forma ocasional, dolor o molestias anales.
No todas las hemorroides internas que producen síntomas deben tratarse mediante operación, solo si el tratamiento que pauta el proctólogo no calma los síntomas.
En esos casos, existen varias técnicas y debe dejarse guiar por la opinión del especialista:
- La ligadura de hemorroides(o banding hemorroidal) consiste en colocar una goma elástica en su base para estrangularlas. Al cabo de unos días se desprenden con el tejido sobrante. Puede emplearse en varias sesiones y tiene muy pocos efectos secundarios si se realiza correctamente.
- La hemorroidectomíaes la cirugía más realizada hasta la actualidad. Consiste en quitar los grupos hemorroidales principales. El efecto secundario más frecuente es el dolor anal. El pico de máximo dolor se suele producir entre la primera y la segunda semana. Realizada por especialistas en proctología es la técnica más eficaz y con escasas complicaciones.
- En los últimos años se ha desarrollado una técnica que ha demostrado producir menos dolor. Se trata de la desarterialización asociada a hemorroidopexia (THD). En esta operación, localizamos las arterias que nutren las hemorroides mediante ecografía doppler para tapar el riego sanguíneo y luego ascendemos la mucosa, para que el resultado final sea la disminución del prolapso. Es una operación sin heridas externas.
La fisura anal es una herida o úlcera lineal que aparece en el borde interno del ano.
El desencadenante suele ser un esfuerzo defecatorio en personas con estreñimiento, aunque hay otras causas (traumática, diarrea…).
Los síntomas fundamentales son sangrado y dolor durante o tras la deposición.
Es este dolor lo que provoca una contracción involuntaria del esfínter anal interno que evita la cicatrización y perpetúa la herida.
Para tratar esta enfermedad se debe actuar sobre este círculo vicioso relajando el esfínter interno. Antes del tratamiento quirúrgico habrá que comenzar con tratamiento médico higiénico dietético con abundante agua, fibra, así como baños de asiento con agua tibia. Existen pomadas que relajan el esfínter y ayudan a la cicatrización de la herida que deben ser prescritas por el cirujano especialista.
Si con estos tratamientos no mejora, precisará de tratamiento quirúrgico. La principal intervención (aunque existen otras) consiste en la sección del esfínter interno (esfinterotomía). Esta intervención presenta ciertos riesgos en el control de las heces por lo que siempre debe ser valorada y realizada por un cirujano especialista en coloproctología.
La fístula anal es un trayecto que comunica un agujero dentro del ano (orificio interno) con la piel perianal. El orificio externo sobre la piel perianal puede supurar o manchar sangre (orificio externo).
Es una enfermedad compleja y que requiere ser valorada por un proctólogo con gran experiencia, ya que las fístulas atraviesan los esfínteres anales (los músculos que al contraerse evitan que haya fugas o pérdidas de gases o heces) y debe evitarse su lesión para no tener complicaciones más graves.
Los condilomas son lesiones cutáneas en forma de verruga producidas por la infección del virus del papiloma humano (VPH). Pueden afectar a la piel perianal y a la mucosa del interior del ano.
En función de su localización pueden ser tratados con pomadas o requerir de una intervención quirúrgica para su extirpación.
- Incontinencia fecal
- Defecación obstuctiva
- Anismo