¿Sabes cuánta agua debemos beber en días de mucho calor?

Seguramente, ya lo habrás escuchado o leído: con la llegada del verano y sus consiguientes altas temperaturas, el riesgo de deshidratarnos aumenta. De ahí que una correcta hidratación sea fundamental, puesto que el calor incrementa las pérdidas de líquido. Eso sí, no olvides que debes estar bien hidratado durante todo el año y no solo en periodo estival.

Según cuenta la Dra. Débora Nuevo, especialista en Medicina Interna del Hospital Nuestra Señora del Rosario, aunque estemos acostumbrados a beber cuando tenemos sed, la sensación de esta aparece cuando ya se ha perdido líquido y existe cierta deshidratación. “Este factor, en personas mayores, es una de las principales causas de urgencias médicas, ya que la sensación de sed a menudo se pierde, olvidamos beber agua y aparece la deshidratación, que puede ser leve, pero también convertirse en un problema grave, con consecuencias severas”, comenta.

Síntomas de una deshidratación

Es muy importante detectar las señales de una deshidratación. Según esta experta, los principales síntomas son:

  • Sed intensa
  • Piel seca
  • Orinar menos
  • Aparición de fatiga, debilidad, cansancio, somnolencia
  • Sensación de mareo o confusión
  • Aumento de pulso y frecuencia respiratoria

Hay que estar al tanto de todos estos signos y beber líquidos suficientes. Si para cualquier persona es importante, para quienes presentan mayor riesgo, como los mayores, las embarazadas, las mujeres en periodo de lactancia, los niños y los enfermos, resulta fundamental. También quienes trabajan al aire libre o practican una actividad física deben vigilar su hidratación de forma especial.

Evitar la deshidratación

La Dra. Nuevo recomienda seguir las siguientes pautas:

  • Beber de 2-3 litros de líquidos de manera continua y en pequeñas cantidades. Mejor a temperatura ambiente. En el caso de personas enfermas o con alguna circunstancia especial, es recomendable que sea el especialista el que indique la cantidad necesaria que debe ingerir al día, porque ésta varía según la estación.
  • Si se hacen esfuerzos físicos, se deben aumentar estas cantidades y vigilar las pérdidas a través del sudor.
  • Optar por variedades de bebidas: infusiones, refrescos, zumos, lácteos…
  • Llevar siempre a mano una botellita con líquido.
  • Tomar alimentos ricos en agua: frutas, verduras u hortalizas y purés (los niños pequeños).
  • Evitar las bebidas alcohólicas, pues favorecen la deshidratación, por su efecto diurético.
  • Mantenerse en lugares frescos y ventilados y evitar la exposición al sol o la realización de ejercicio físico en horarios de mayor temperatura.

Ante cualquier duda, es importante acudir al médico, concluye la Dra. Nuevo.